este sábado 16 de setiembre a las 16hs. desde Boulevard Pellegrini y San Martín acompañamos a estudiantes del M.E.S.O. (Movimiento de Estudiantes Secundarios Organizados) en la marcha que llegará hasta la Plaza San Martín. En el lugar, en el marco del Día Nacional de la Juventud habrá un festival de bandas en vivo, murgas e intervenciones culturales.
Este 16 de septiembre se cumplen 41 años de La Noche de los Lápices, el secuestro por parte de las Fuerzas Armadas de diez jóvenes estudiantes secundarios de la Escuela Normal Nº 3 de La Plata tras participar en una campaña por el boleto estudiantil en esa ciudad, que se convirtió en paradigmático, ya que sintetizó los valores y la crueldad de la época.
En esta nota, una reseña y detalle de los actos en Santa Fe y Rosario.
Lo que hoy se conoce como “La noche de los lápices” fue parte de este plan represivo puesto en marcha durante la dictadura cívico militar. El 16 de septiembre de 1976, grupos de tareas conducidos por el general Ramón Camps secuestraron a Claudia Falcone (16), Francisco López Montaner (16) -ambos alumnos del Colegio de Bellas Artes-, María Clara Ciocchini (18) -ex alumna de la Escuela Normal Superior de Bahía Blanca-, Horacio Ungaro (17), Daniel Racero (18)- ambos de la Escuela Normal Nº 3- y Claudio de Acha (18) -alumno del Colegio Nacional de la UNLP-. Todos ellos eran militantes de la UES. Pero no fueron ni los primeros ni los últimos estudiantes secundarios secuestrados en la ciudad. Gustavo Calotti, del Colegio Nacional (UNLP), fue llevado el 8 de septiembre. Víctor Triviño, alumno de la Escuela Media N°2, el 10 de ese mismo mes. A su vez, el 17 de septiembre fueron víctimas de la represión Emilce Moler y Patricia Miranda, ambas de Bellas Artes (UNLP). Lo mismo sucedió con Pablo Díaz el 21 de septiembre.
Los militantes políticos y sociales, la mayoría de ellos jóvenes, fueron las principales víctimas de terrorismo de Estado. La escuela, antes espacio atravesado por el activismo político y la movilización, se transformó en un blanco prioritario de la represión y fue pensada también como un dispositivo de ésta. Para las Fuerzas Armadas la institución escolar era un lugar para el adoctrinamiento y disciplinamiento social, allí se formarían los “nuevos ciudadanos argentinos” portadores de aquellos valores que el régimen tanto pregonaba.
MarisolMarchionatti
Sec. de Prensa
AMSAFE La Capital